Si no hay educación, ¿qué hacemos mañana?
May 20, 2008
Según UNICEF el trabajo infantil no es todo igual; es por ello que hace “una nítida diferenciación entre dos tipos tipologías de niños que trabajan:
a)- Aquellos que dentro de las familias campesinas o artesanas trabajan para ellas mismas y por la situación de pobreza, la falta de infraestructura o la ausencia de garantías sociales necesitan de los brazos infantiles.
El niño puede trabajar algunas horas al día e ir a la escuela o en otros casos puede que trabaje todo el tiempo, pero no se puede hablar de explotación sino solo de miseria.
b)- Aquellos en que son explotados por un patrón externo, muchas veces una multinacional.”
http://tq.educ.ar/tq03024/unicef.htm
Si bien en unos de los casos dice que puede acceder a la escuela, ¿cuantos de ellos lo harán? Hoy día, se dice que los niños y los jóvenes son el futuro de mañana, pero que más van a poder exigir si se los abandona de tal manera.
“El trabajo perjudica la educación de los niños. Genera deserción, retraso, ausentismo, repitencia y bajo rendimiento escolar. El trabajo infantil suele interferir con la educación. Muchos niños abandonan la escuela porque tienen que trabajar. Quienes trabajan y estudian suelen abandonar su educación y formación profesional, y los rendimientos escolares son más bajos entre los niños trabajadores. El trabajo resta oportunidades de recreación, juego y socialización. El bajo nivel educativo, producto del trabajo prematuro, a la larga perjudica la economía individual, familiar y del país en su conjunto»
La educación es fundamental para la formación de las personas, ésta amplía su perspectiva laboral, aumenta las ganas de mejorar la calidad de vida, hace que el individuo se desarrolle física e intelectualmente.
Además, la educación es un derecho que los niños tienen. La falta de ésta, lo único que logra es que el día de mañana, estas personas sean excluidas y discriminadas por la sociedad en la cual viven; no van a tener expectativas para el futuro por que se las dejaron truncas desde la infancia, cuando en vez de estar jugando estaban trabajando y talvez siendo el único sustento económico en la familia.